sabato 24 agosto 2024

EL ENGAÑO WOJTYLIANO El pontificado de Wojtyla es la síntesis de todo el pensamiento modernista asumido por el Vaticano II y llevado a su intento de realización por la gran inmensidad y obra cultural de este Papa en treinta años de pontificado. Un pensamiento que se diferencia de la filosofía escolástica y de la teología basada en la ley natural, o más bien en la ley mosaica del Deuteronomio en materia de moralidad. Le fascinan otras bases filosóficas que considera más correspondientes al pensamiento de los filósofos modernos en el vano intento de acercar al hombre moderno con sus dramas a la Revelación cristiana que, según ellos, incluiría también la fe cristiana. En la teología wojtyliana, o más bien en su pensamiento, podemos decir, en resumen, que Cristo hombre "vino a revelar el Hombre al hombre". Esta es la principal obra y acción del mesías Jesucristo, nacido de la Virgen María y venido a la tierra para salvar a la humanidad; en esta acción debemos ver toda la obra de la Divina Redención de Dios en la tierra. Esta teología se basa en la valorización del hombre en la tierra y en la creación y tiene su fundamento en las Sagradas Escrituras y en el libro del Génesis en particular cuando Dios dice a Adán: "Fructifica y multiplícate, llena la tierra; sojuzgadla y dominad los peces del mar, las aves del cielo y todo ser viviente que se mueve sobre la tierra”. Quizás descuidando un poco la primera parte... tolerando un poco otros pensamientos. El problema radica en que esta Nueva Salvación que nos presenta este pensamiento modernista no surge del sacrificio de Cristo en el Calvario, del ofrecimiento del hombre Jesucristo al Padre como rescate por toda la humanidad pecadora, ofrenda a Justicia Divina a la que se debe la muerte y la infamia del pecador justamente castigado, pero esta revelación divina sólo conduciría a hacer consciente al hombre de sus inmensas capacidades y de su gran destino como ser creado que será divinizado por la fraternidad con los Hijo de Dios. Un pensamiento positivo que anula y deja de lado la Cruz de Cristo, es decir, olvida y transforma la prueba en sacrificio de un amor genérico de Dios por la humanidad y entre la humanidad. La infamia de Cristo se convierte en una celebración de la amistad entre hermanos y no en un puente construido entre el hombre y Dios mediante sangre enteramente derramada. “¿Por qué nos salvó Cristo? ¡¡¡Porque amaba tanto a los hombres!!! “. Sí, pero ¿cómo nos salvó? - La discusión fluiría si no conociéramos los términos y métodos de esta salvación que no es obvia porque se basa en la fe personal en la divinidad de Cristo. Y la fe nos dice que Cristo es el Verbo que creó el mundo y es el Rey de toda la humanidad y sin esta fe no hay cristiano. Cristo no es sólo el hombre que sabe amar y se sacrifica por altruismo y nos enseña el altruismo y la fraternidad a toda costa. Con esta hermandad y moralidad entonces tendríamos paz en la tierra y todo iría bien en el planeta tierra. El hombre colaboraría y no habría más guerras y habría dominio del hombre sobre los peces del mar y las aves del cielo y los vivos en la tierra. El plan de Wojtylian parece bueno. Está claro que esta teología no surge por sí sola sino que parte de una visión personalista de carácter idealista en la que el hombre es el centro de todo y Dios ha venido a servirle y a tenderle una alfombra para divinizarle y asemejarlo a mismo... por un amor efebio hacia el hombre. El hombre aquí ya no es un esclavo redimido, un hombre condenado a una muerte segura, sino un ex presidente, un ex rey caído al que se le perdona todo porque Dios es bueno y ama a los hombres, olvidándose quizás de ser justo. “Presidente, ¿robó? ¿Robaste mucho? No importa, Cristo pagó por ti y por todos, porque ama a todos y ahora puedes volver a tu lugar a robar después de entender esto y hasta puedes volver a pecar…. Dios ama mucho a todos. En el banquete eucarístico modernista celebramos esta renovada hermandad. Una filosofía y una lógica de una demencia indescriptible, sin embargo, millones de cristianos han sido arrastrados y envueltos en esta demencia indescriptible... ¿Por qué el trabajo es lo primero en esta lógica? ¿El arte, la cultura del hombre, su ciencia infinita? Porque el hombre no fue hecho para alabar al Creador que se revela en estas cosas, sino para alabar a sí mismo en el Creador. El hombre ha sustituido al Creador que se convierte en un paliativo a su obra de transformar el mundo. Cristo Rey ya no es el centro del universo entero, Aquel a quien todo debe tender, el padre de los pueblos a quienes todos en el planeta tierra deben servir, sino el bromista para obtener la victoria de una larga partida humana de ajedrez. Volviendo a la ley natural, en ella siempre hemos visto todo el plan divino para la creación ya esbozado, sólo que la voluntad divina que debe realizarse en la tierra y el plan divino deben leerse y colocarse como fundamento y no es un proyecto humano. , por hermoso y bueno que sea

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